jueves, 29 de octubre de 2009

Cuando el amor acaba


-Creo que esto no funciona, no estoy preparada para estar en una relación ahora, lo siento, no eres tú, soy yo...


y salió llorando, pobre mujer, no es que quiera ser cruel pero no íbamos a ninguna parte así, creo que a mi las mujeres no me van ,pero tenia una crisis de identidad sexual y quería saberlo, tampoco es tan grave, ¿no?.

martes, 13 de octubre de 2009

La cena


Aún me pregunto porque demonios fui pero lo hice, esta crisis emocional tenia que finalizar así que sin pensarlo lo hice.


-Buenas noches, estás preciosa.- me dijo la china dependienta, realmente no era china, pero para mi y para vosotros lo es.


-Gracias, pero lo cierto es que es el bolso, que me hace resaltar los rasgos de la figura.- ¿De verdad dije eso?, dios va a pensar que soy una completa lerda.


-eres muy ocurrente, por cierto me llamo Lindsay


-Yo Stella, encantada.


-sé perfectamente quién eres, vivo en Nueva York, repuso Linsday, lo cual me dejo ciertamente cortada, aunque no sé porque, creo que la situación me superaba.


Después de haberme cenado un plato de nombre francés que te dejaba con más hambre que el perro de un ciego, y una botella de vino enterita me invitó a su casa, y yo fui.
La casa era un loft, se veía que tenía buen gusto, el suelo era de parqué, los sillones tapizados en piel negra, y el tono de las paredes era entre un morado y violeta.
Me llevó al sofá y empezamos a hablar de la familia y esos temas de los que hablan los que no son nadie, hasta que me besó, es raro besar a alguien y que ese beso sepa a pintura de labios de mandarina, además no picaba, estoy acostumbrada a besar a hombres de perilla o barbas de tres días sin afeitar, sin embargo no sé si me gustó o no.


-Oye Lindsay, quiero ir despacio, la última novia que tuve se aprovechó de mi y me hizo mucho daño. -Tenía que decirle algo que le diera drama al asunto.


-No sabia que habías estado con otras mujeres, siempre se te han conocido por la prensa escarceos con hombres.


-Lo sé, entre tu y yo, no quiero que nadie lo sepa, podrían utilizarlo para hacerme daño.


Sé que es una estupidez pero algo tenia que decirle aunque en Nueva York ser lesbiana y famosa comienza a ser como ir a comprar cada día, algo muy normal.
Me despedí de ella y quedé en llamarla al día siguiente, pero lo cierto es que no lo hice, no quiero que piense que estoy coladita por sus huesos porque nos acabamos de conocer...joder empiezo a hablar como una de ellas...

viernes, 9 de octubre de 2009

La dependienta de Gucci


Era muy temprano y teniendo en cuenta que estaba por baja de "estres", aunque la prensa lo ha cambiado por "retiro por desintoxicación", si es que vas un día a una fiesta en un barquito y ya te ponen de alcohólica para arriba, entre nosotros, ya sabéis porque fue eso, la culpable de ese día fue la chupachup, no mis "supuestos" problemas con el alcohol, como decía, me eche a la calle solamente equipada con lo puesto, mi melena suelta y perfectamente lisa, mis Manolo Blahnik, un suéter rosa pálido de cachemir y una falda entallada a la rodilla color blanca, cuando de repente vi el amor de mi vida tras un cristal, se llamaba "bolso" de apellido "Gucci", tengo muchos bolsos pero ese era especial, quizá fuese el primer bolso de mi vida como nueva lesbiana, no lo sé pero el destino me lo puso delante y bien se sabe que hay que hacerle caso al destino.


-Buenos días, me dijo una chica preciosa de metro ochenta más o menos, pelo oscuro y brillante por los hombres, una sonrisa que, perfectamente, hubiese servido para un anuncio de dentífricos y los ojos rasgados marrones oscuros.


-¿Puedo ayudarla en algo señorita?


-Si, estaba interesada en el bolso del escaparate, si a mi me gusta, le gustará a cualquier mujer.


Cuando dije esto lo hice con la mayor inocencia de veras, pero creo que la dependienta creyó que le estaba haciendo un comentario irónico y me contestó:


-Estoy segura de que si, aunque si me lo permite, creo que gusta más por la que lo llevará.
DIOSSSS el destino otra vez, acaso hoy solo tiene que trabajar conmigo,
Después de darme un bolso y guiñarme un ojo, tan rasgado que pensé que se le había metido algo dentro cuando me lo guiñó, me marché con mi bolso.


A las siete de la tarde llegue a casa y cuando fui a hacer el trasbordo de pertenencias a el nuevo hogar de estas, abrí el Gucci y me encuentro una nota con un número de teléfono y una nota que decía "me gustaría que lucieses ese bolso cenando conmigo".


Eso me pasa por ir de guarra, aunque solo sea en el pensamiento, lo cierto es que ya tengo novia, me pregunto si siempre será tan fácil conseguir que una mujer hermosa se fije en otra, ojalá hubiese sido así con los hombres, pero ellos perdieron su tren y ahora no les queda de otra que sufrir contemplando como disfrutan de mi otros... mejor dicho, otras.